Trastornos del movimiento

Los trastornos del movimiento se pueden definir como síndromes neurológicos en los que hay un exceso de movimiento o una escasez de movimientos voluntarios y automáticos, no relacionados con debilidad o espasticidad. El primer grupo se conoce comúnmente como hipercinesias (movimientos excesivos), discinesias (movimientos no naturales) y movimientos involuntarios anormales (comúnmente abreviados como AIMS).
Las seis categorías principales de discinesias en orden alfabético son asinergia/ataxia, corea, distonía, mioclonía, tics y temblor. Los movimientos anormales generalmente son causados por contracciones musculares, pero también pueden ser el resultado de inhibiciones motoras, como se observa en la asterixis (mioclono negativo), la impersistencia motora (corea negativa) y la cataplejía (caídas debido a ataques de parálisis muscular como es común en narcolepsia).
Preguntas Frecuentes
Los trastornos del movimiento se pueden definir como síndromes neurológicos en los que hay un exceso de movimiento o una escasez de movimientos voluntarios y automáticos, no relacionados con debilidad o espasticidad. El primer grupo se conoce comúnmente como hipercinesias (movimientos excesivos), discinesias (movimientos no naturales) y movimientos involuntarios anormales (comúnmente abreviados como AIMS).
Las seis categorías principales de discinesias en orden alfabético son asinergia/ataxia, corea, distonía, mioclonía, tics y temblor.
Los movimientos anormales generalmente son causados por contracciones musculares, pero también pueden ser el resultado de inhibiciones motoras, como se observa en la asterixis (mioclono negativo), la impersistencia motora (corea negativa) y la cataplejía (caídas debido a ataques de parálisis muscular como es común en narcolepsia).
El grupo de escasez de movimiento puede denominarse hipocinesia (amplitud de movimiento disminuida), pero la bradicinesia (lentitud de movimiento) y la acinesia (pérdida de movimiento) podrían ser nombres al La mayoría de los médicos se refieren a este grupo simplemente como trastornos bradicinéticos, y este término generalmente se equipara con los síndromes parkinsonianos, porque estos síndromes son la causa más común de tal escasez de movimiento; otros trastornos hipocinéticos representan sólo un pequeño grupo de pacientes. Entonces, en la práctica, los trastornos del movimiento se pueden dividir convenientemente en parkinsonismo y todos los demás tipos (es decir, discinesias); cada uno de estos dos grupos tiene aproximadamente el mismo número de pacientes.
En la clínica, sin embargo, los pacientes con parkinsonismo son mucho más comunes porque su historia natural es empeorar con el tiempo y porque hay un tratamiento disponible para mejorar los síntomas. Por lo tanto, los pacientes parkinsonianos regresan a la clínica a intervalos frecuentes, alternativos razonables. Los más frecuentemente referidos entre la población general son; el temblor, rigidez, movimientos lentos y dificultad para caminar. Otros tipos de trastornos del movimiento incluyen: el temblor esencial — sacudidas incontrolables en diferentes partes del cuerpo, tales como las manos, la cabeza y la voz…
Muchos trastornos del movimiento están asociados con alteraciones patológicas en los ganglios basales o sus conexiones. Los ganglios basales son el grupo de núcleos de materia gris que se encuentran en lo profundo de los hemisferios cerebrales, es decir, el telencéfalo (caudado, putamen y pálido), el diencéfalo (núcleo subtalámico), el mesencéfalo (sustancia negra) y la unión mesencefálica-pontina. (núcleo pedunculopontino). Hay algunas excepciones a esta regla general. Las condiciones patológicas del cerebelo o sus vías por lo general dan como resultado un deterioro de la coordinación (asinergia, ataxia), error de cálculo de la distancia (dismetría) y temblor de intención.
Las mioclonías y muchas formas de temblores no parecen estar relacionadas principalmente con condiciones patológicas de los ganglios basales y, a menudo, surgen en otras partes del sistema nervioso central, incluida la corteza cerebral (mioclonias reflejas corticales), el tronco del encéfalo (temblor de salida del cerebelo, mioclonías reflejas reticulares, hiperekplexia, y mioclono rítmico del tronco del encéfalo, como mioclono/temblor palatal y mioclono ocular), y médula espinal (mioclono segmentario rítmico y mioclono propioespinal no rítmico). Además, muchos trastornos mioclónicos están asociados con enfermedades en las que está involucrado el cerebelo. El sistema nervioso periférico también puede dar lugar a movimientos anormales, como el síndrome de piernas dolorosas y dedos de los pies en movimiento.
No se sabe con certeza qué parte del cerebro está asociada con los tics, aunque se han implicado los ganglios basales y las estructuras límbicas. Ciertas localizaciones dentro de los ganglios basales se asocian clásicamente con trastornos específicos del movimiento: sustancia negra con bradicinesia y temblor de reposo, núcleo subtalámico con balismo, núcleo caudado con corea y putamen con distonía.
Los trastornos del movimiento pueden ser definidos como trastornos de origen neurológico, en donde existe un exceso de movimiento (comúnmente referenciados como hipercinesia y discinesia), o como una pausa de los movimientos voluntarios y automáticos también conocidos como bradicinesia (disminución de la velocidad del movimiento), e hipocinesia (disminución en la amplitud del movimiento) y acinesia (pérdida del movimiento)
La mayoría de los trastornos del movimiento están relacionados con daños a nivel de los ganglios basales, un cúmulo de sustancia gris localizada en medio de los hemisferios cerebrales (Caudado, putamen, globo pálido, núcleos subtalámicos y sustancia nigra). Sin embargo, no todos los movimientos anormales obedecen este principio. Los síndromes cerebelosos -por ejemplo- cuyas características: alteración de la coordinación (asinergia ataxia), y disfunción en el juzgamiento de las distancias (dismetría), suelen ser secundarias al compromiso de vías y conexiones propias del cerebelo, así como algunas formas de temblor y mioclonias se presentan secundariamente al compromiso de otras áreas del encéfalo distintas a los ganglios basales, como la corteza cerebral, el tallo cerebral, y la médula espinal, entre otros.
De manera análoga, la mayoría de movimientos anormales que tienen su asiento en el compromiso de las estructuras propias de los ganglios basales, presentan un patrón característico, dependiendo del compromiso específico de la estructura de los ganglios basales comprometida. Es así como la bradicinesia y el temblor de reposo suelen corresponder a trastornos de la sustancia nigra, mientras que el BALISMO, al compromiso del núcleo subtalámico; las distonías a trastornos del putamen, y las coreas a disfunción del núcleo caudado. Finalmente, algunas alteraciones de los nervios periféricos pueden coincidir con alteraciones del movimiento como el espasmo hemifacial y las miocimias, entre otras.
Para todos ellos existe terapia a pesar de no ser curativas en muchos de los casos, estas pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes sin son tratados de manera oportuna y acertada. -
Algunos trastornos del movimiento están determinados genéticamente (Corea de Huntington, por ejemplo), otros son consecuencia de infecciones asociado estas a trastornos auto inmunológicos consecuentes, post-infecciosos (Corea de Sydenham, por ejemplo). Otros son consecuencias de trastornos neurodegenerativos propios del SNC como lo es la Enfermedad de Parkinson. Es complejo determinar las variantes que pudieran estar involucradas en la aparición de este tipo patologías, en todos los casos, conviene mantener un ritmo de vida sano, controlar adecuadamente todo factor de riesgo asociado a la aparición de otras cuadros sindromáticos como lo son el Síndrome metabólico y todos sus componentes, diversos grados de endoteliopatías que bien pudieran estar involucrados en cuadro de ECV isquémico de naturaleza crónica (enfermedad microangiopática de la sustancia blanca muy frecuentes en fumadores, HTA y DM mal controlados) sin dejar de mencionar el cambio en los hábitos de vida y control de la obesidad y cuadros de dislipidemia.-